KRII + Harrika: Eteranal, Kika 1000 , Frances Be & ines

Eteranal es la unión de dos amantes de la cultura club. Praga y Berlín fueron las ciudades que les inspiraron para empezar su andadura en el techno por separado. La influencia de estas grandes capitales siempre está presente en sus sets. Les caracterizan géneros como el hypnotic, groove, hardgroove y el techno más industrial. En cualquiera de estas facetas, son los sonidos estridentes y ambientes sucios los que sacan a la luz su personalidad más macarra. A destacar, la presencia de vocales de distintas procedencias lingüísticas y la influencia de otros estilos musicales. Sus sets buscan invitar al oyente a iniciar un viaje, en el cual la velocidad e intensidad de las pistas siguen una progresión escalonada.

Kika 1000 une dj que se acerca a la música de baile desde la intensidad de la pista. Propone sesiones que generan estados de ánimo, paisajes y texturas variadas, abarcando sobre todo los géneros como el Techno, Techno industrial y Trance. Entendiendo que cada set es único, le interesa crear atmósferas que se adaptan a cada medio.

El imaginario musical de Frances Be está en algún lugar entre Detroit, Amsterdam y Berlin. Un imaginario lleno de matices que da vida a las sombras y desdibuja los límites que se han vuelto tan comunes en la música electrónica. Un universo que relata desde la cabina y cuyo guión rítmico lo protagoniza un four on the floor que da sentido al todo. Es en la velocidad y oscuridad del techno donde Frances Be encuentra paz y sosiego. El club es su medio natural. El espacio donde convergen la raver y la DJ. Porque a Frances Be le encanta pinchar pero, incluso cuando está hilando una sesión de ácido hipnótico, house de tempo acelerado y electro futurista, su mente está en la pista de baile, con el público. Cautiva por su soltura y compostura natural haciendo que parezca fácil estar sobre los escenarios más exigentes. Defiende su propio estilo de techno expansivo y dirige su trayectoria musical tal y como la imagina.

El paisaje sonoro de Ines desvela su fascinación por las escenas de vanguardia donde gobiernan los ritmos de baile concebidos para el club y los nuevos códigos visuales que beben de la estética post-internet. En su cometido recreativo frente a un track que pasa por sus manos existe una mirada política que induce a esa dimensión donde la diversidad de género y origen solo suman. Sus sesiones reflejan el poder de la vida nocturna como un lugar de gozo y resistencia. Piezas de autoexpresión futurista que desafían las fronteras hegemónicas dominantes.